Los delfines nariz de botella que habitan el golfo de México enfrentan una amenaza inédita: la contaminación por fentanilo. Un estudio elaborado por la Universidad de Texas A&M en conjunto con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, ha detectado rastros del potente opioide en tres poblaciones de delfines del norte del golfo de México. Aunque los efectos del fentanilo y otros fármacos en mamíferos marinos no se han estudiado lo suficiente, el hallazgo plantea que su presencia en los ecosistemas marinos puede repercutir en la salud de poblaciones cercanas: “Los delfines, al igual que los humanos, consumen pescado y camarones, lo que sugiere posibles impactos en la salud humana”, explica la Universidad de Texas A&M en un comunicado.
El estudio, publicado en la revista científica iScience, analizó 89 muestras de grasa corporal de delfines del golfo de México obtenidas a partir de 83 ejemplares vivos y otras seis muestras postmortem. Del total, 30 de ellas incluyeron la presencia de algún fármaco, entre ellos el fentanilo, la droga sintética que saltó recientemente de los quirófanos a las calles y cuya fabricación y tráfico clandestino protagonizan una crisis de salud sin precedentes en Estados Unidos.
Además del fentanilo, el estudio identificó otros fármacos en el organismo de los delfines como el carisprodol, un relajante muscular utilizado para controlar el dolor; o el meprobamato, un tranquilizante recetado para tratar la ansiedad. Aunque los medicamentos presentes en los cuerpos de agua son considerados contaminantes emergentes desde hace casi dos décadas, la investigación es pionera en detectar residuos de fármacos en mamíferos marinos vivos y en libertad. Los delfines son una especie clave en la investigación de contaminantes de los mares, pues funcionan como un “bioindicador de la salud de un ecosistema debido a su grasa rica en lípidos que puede almacenar contaminantes”, explican los autores del estudio. Mediante biopsias remotas, es posible obtener muestras apenas invasivas de la capa más profunda de su piel que revelan la presencia de fármacos, pesticidas y otros contaminantes químicos.
Si bien los autores especificaron que dar con el origen de la exposición a estos fármacos “va más allá del alcance del estudio”, el equipo resalta el hallazgo del cadáver de un delfín en un área vecina a donde sucedió el mayor decomiso de fentanilo líquido en el país. “Encontramos un delfín muerto en la Bahía de Baffin, en el sur de Texas, un año después de la mayor incautación de fentanilo líquido en la historia de Estados Unidos, que tuvo lugar en el condado adyacente”, explica en una nota de prensa Dara Orbach, bióloga marina e investigadora principal del proyecto. Mientras el decomiso sucedió en el condado de Nueces (Texas) en diciembre de 2022, el hallazgo del delfín tuvo lugar en el límite de los condados vecinos Kenedy y Kleberg, una zona popular de pesca en el estado.
La contaminación por fármacos de los cuerpos de agua es una preocupación creciente, con presencia comprobada en ríos y océanos de todo el mundo. Las investigaciones más recientes arrojan restos de fármacos de todo tipo: desde paracetamol y metformina, hasta antidepresivos y antibióticos. Las incipientes investigaciones al respecto han revelado apenas una muestra de sus efectos, como cambiar el comportamiento de distintas especies de peces, hasta contribuir a la resistencia bacteriana a los antibióticos, considerada una de las mayores amenazas a la salud pública por la OMS.