En los últimos años, numerosos estudios han centrado su atención en el impacto que el uso abusivo de las pantallas y especialmente de las redes sociales puede tener en la salud mental. Que el desarrollo y expansión de los teléfonos inteligentes y de aplicaciones al igual que Facebook, sin embargo, otros estudios recientes cuestionan este vínculo.
“La mayoría de los estudios se han centrado en la relación entre el tiempo frente a una pantalla y la salud mental, un área con resultados mixtos”, afirma Christopher A. Kelly, profesor del departamento de psicología experimental de la University College London (Reino Unido). Kelly es coautora de un estudio publicado recientemente en la revista científica Naturaleza Comportamiento humano lo que ha llegado a la conclusión de que el problema no sería tanto Internet, las pantallas y las redes sociales como los contenidos que se consumen en ellas. Según los resultados de la investigación, las personas con peor salud mental tienen más probabilidades de navegar por contenido negativo en línea, lo que empeora aún más sus síntomas. Para evaluar la negatividad de un sitio web, los investigadores midieron el porcentaje de palabras negativas que contenía.
“Nuestro estudio muestra que las personas que se sienten peor antes de navegar por Internet tienen más probabilidades de buscar contenido negativo. Esta exposición a información negativa intensifica su mal humor, reforzando un círculo vicioso en el que los estados emocionales y el comportamiento online se perpetúan mutuamente”, explica el investigador.
Este patrón de comportamiento no es nada nuevo. Siempre, como señalan los expertos consultados, cuando alguien ha estado triste, por ejemplo, por una ruptura sentimental, la tendencia de esa persona ha sido escuchar canciones tristes, ver películas tristes, leer novelas tristes. “Cuando estamos mal, necesitamos recompensas a corto plazo. Esto es lo que en psicología llamamos refuerzo negativo. Esto tiene una explicación muy sencilla: como no quiero pasar por mis emociones porque me siento mal, necesito algo que me estimule a corto plazo, que me haga sentir mejor (“en el mundo pasan cosas peores que las mías” ). Sin embargo, a largo plazo esto es mucho peor”, afirma Conchita Sisí Martín, directora de Clínica Salud Mental y miembro del Colegio Oficial de Psicología de Madrid.
El problema, añade Carlos Losada, miembro de la Asociación Española de Psicología Clínica-ANPIR, es que la conexión constante que ofrecen los smartphones hace que este círculo vicioso se perpetúe en el tiempo. Algo a lo que se suma el cada vez menor control que los usuarios tienen sobre los contenidos a los que acceden en el entorno digital. “Antes de elegir escuchar canciones tristes o ver películas tristes. Pero muchas veces lo que sucede ahora es que no tenemos control sobre lo que vemos. Son los algoritmos los que nos proporcionan ese contenido, por lo que hasta cierto punto es peligroso para una persona que no es buena entrenar sin darse cuenta el algoritmo para que le proporcione más contenido negativo que le genere más angustia”, argumenta.
La espiral negativa como forma de evasión
A veces es difícil escapar de la espiral de negatividad. Las malas noticias venden más que las buenas. Los estafadores, como demostró una investigación reciente, aprovechan el malestar general para difundir sus mentiras en Internet; y hay acontecimientos dramáticos de los que es imposible escapar, como la pandemia o las recientes inundaciones provocadas por una presa en la costa mediterránea española. “No estamos sugiriendo que se evite toda la información negativa. De hecho, durante eventos como desastres naturales o la aparición de Covid, consumir contenido negativo fue crucial para entender cómo adaptarse a entornos nuevos y estresantes. Esta información suele ser muy útil y proporciona la orientación necesaria para tomar decisiones informadas. Sin embargo, así como consumir demasiadas calorías puede dañar la salud física, consumir demasiado contenido negativo puede afectar la salud mental”, dice Kelly.
Su opinión es compartida por Martín, quien señaló durante la semana posterior al dan que muchos de sus pacientes “estaban mucho peor porque se volvían adictos a consumir contenidos negativos”, a menudo delirios que por su culpa entrarían de lleno en la etiqueta de contenidos negativos. emocionalmente. lenguaje cargado. “En situaciones como la de Dana, no puedes consumir veinte medios al mismo tiempo. Tienes que elegir tus fuentes: por ejemplo, un periódico, una televisión, una radio; tres fiables, como mucho, y no consumir más cosas ni meterse en redes sociales. Al final, de lo contrario, lo que pasa es que llegamos al final del día llenos y cuando tenemos un exceso de información en la cabeza nos cuesta mucho filtrarla”, subraya la psicóloga.
Aunque según los resultados de Informe 2022 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismomás de uno de cada tres encuestados afirma que evita leer noticias negativas en su vida diaria para cuidar su salud mental. . “Esto es lo más peligroso. Sus motivos de consulta suelen ser diferentes: ansiedad, que están agobiados, que no están consiguiendo nada… Pero luego empiezas a investigar y te das cuenta de que en el día a día tienen mucho tiempo libre, lo que pasa es que gestionarlo con dinámicas como estas”, explica el experto.
Carlos Losada tiene una experiencia similar. La psicología demuestra que la recomendación de evitar caer en estas dinámicas de contenido negativo, como se le llama rollo de juicioParece sencillo: desconectar y realizar actividades que requieran presencia física, como quedar con amigos o hacer deporte. Sin embargo, la realidad suele ser otra. “En la consulta ves a personas con horarios de trabajo inadecuados, personas con inquietudes familiares y situaciones de la vida que si las vieras en una serie de ficción no las creerías. Hay un círculo vicioso en la vida que te deja exhausto al final del día, y las redes sociales alivian instantáneamente parte de esa preocupación. Sin embargo, a la larga es peor porque están diseñados para atrapar. Sin querer comparar, es parecido a lo que puede pasar con el consumo de sustancias tóxicas”, reflexiona.
Un semáforo para parar y salir de la rotonda.
Investigadores del University College London han desarrollado una extensión del navegador Chrome llamada Dieta digital —aún en fase beta—, que funciona de forma similar a un semáforo de alimentos. Cuando realiza una búsqueda en Google, la extensión proporciona etiquetas de contenido en tiempo real para los resultados de la búsqueda. Estas etiquetas califican los sitios web en función de su capacidad de acción (qué tan útil es el contenido), su conocimiento (cuánto ayuda a los usuarios a comprender un tema) y su tono emocional.
“Estamos acostumbrados a ver etiquetas nutricionales en los alimentos que compramos, que brindan información nutricional, como azúcar, calorías, proteínas y vitaminas, para ayudarnos a tomar decisiones informadas sobre lo que comemos. Se puede aplicar un enfoque similar al contenido que consumimos en línea, para capacitar a las personas para que tomen decisiones en línea más saludables e informadas”, explica Christopher A. Kelly. Los resultados de la investigación demuestran que tenía razón: los participantes a los que se les permitió utilizar la extensión tenían más probabilidades de elegir sitios etiquetados positivamente con ella, y cuando más tarde se les preguntó sobre su estado de ánimo, aquellos que habían visitado sitios web positivos admitieron que estaban en mejor estado de ánimo que los demás participantes.
“Si ayudas a la gente y les das herramientas para protegerse, la gente se beneficia de ello. La gente no es tonta, lo que pasa es que vive situaciones con muy poco espacio para pensar”, subraya Carlos Losada al respecto. Para el portavoz de la Asociación Española de Psicología Clínica-ANPIR, probablemente sería más prioritario “hacer algo con todo ese contenido que está mal, que busca engañar y puede ser perjudicial”, pero admite que cualquier herramienta que permita proteger a las personas “puede ser algo en la dirección correcta dentro de un problema global”.
En el mismo sentido se pronuncia Conchita Sisí Martín, recordando que en redes sociales como X ya existe la opción de silenciar ciertas palabras para no caer en los bucles de la negatividad sobre temas específicos; y también hay aplicaciones CÓMO bosque oh tiempo de calidadque te ayudan y motivan a dejar tu celular a un lado y deshacerte de él rollo de juicio.
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