La inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero ha movilizado al Gobierno de Claudia Sheinbaum. De trasfondo está la amenaza del republicano de imponer agresivos aranceles a las importaciones de México y deportar a miles migrantes a la frontera sin distingo de su nacionalidad como represalia por lo que el presidente electo considera una inacción de su vecino ante el problema del tráfico de drogas y la migración irregular. El Gobierno de Sheinbaum va perfilando lo que será su estrategia en la difícil relación con Trump, negociar con hechos y con acciones. Esta semana ha apretado la estrategia de seguridad en Sinaloa, donde las facciones del cártel de Joaquín El Chapo Guzmán libran una sanguinaria guerra interna, y ha incautado el mayor cargamento de fentanilo de la historia, a tono con las preocupaciones de los republicanos estadounidenses sobre la letalidad de esa droga entre los usuarios de su país. Además, la presidenta ha movilizado a su gabinete y a los gobernadores de los Estados fronterizos para preparar la respuesta ante la posible deportación. El plan se selló con la detención, el pasado martes, de 5.234 migrantes latinoamericanos en varias maniobras concertadas entre el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, el Instituto Nacional de Migración y las corporaciones policiacas de los Estados.
Sheinbaum ha enviado a su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a atender de manera personal y desde el terreno la crisis de violencia por la guerra total de Los Chapitos y Los Mayos, que ha dejado cerca de 500 muertos en los últimos tres meses, además de millonarias pérdidas económicas. Junto con el funcionario han sido enviados cientos de elementos castrenses. El despliegue federal en el Estado ha reportado remarcables resultados. En un operativo encabezado por la Secretaría de Marina se decomisó más de una tonelada de pastillas de fentanilo, equivalentes a 20 millones de dosis con valor de 400 millones de dólares. García Harfuch destacó que el histórico aseguramiento fue resultado de las acciones de investigación e inteligencia federal, una nueva atribución de la Guardia Nacional a su cargo, que cuenta con una tropa de 130.000 elementos.
En el mismo operativo fueron capturados Elier Jassiel Esquerra Félix y Javier Alonso Vázquez Sánchez, jefes criminales del Cártel de los Beltrán Leyva, antiguos aliados y después enemigos del Cártel de Sinaloa. Días después fue detenido Adrián Cebreros Pereyra, El Gallero, identificado como químico y “cocinero” de Los Beltrán Leyva. García Harfuch ha informado este viernes de otra captura relevante: la de Horacio “N”, hermano de Omar Félix “N”, El Pelón, operador de Los Chapitos en Sonora y Sinaloa, detenido a su vez en noviembre. Junto a Horacio “N” fueron capturados otros cuatro integrantes del grupo de El Pelón, a los que se les decomisaron armas largas y fentanilo. El Gabinete de Seguridad ha detallado que Horacio “N” era operador financiero de su hermano “y cumplía con la función de pagar nóminas en Culiacán [capital de Sinaloa] y Sonora”.
A las acciones en materia de seguridad se ha sumado la agenda migratoria. Sheinbaum ha instruido a su secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, viajar a Estados Unidos para coordinar desde allí a los 53 consulados de México y avanzar en la estrategia ante la eventual deportación masiva de un millón de migrantes cada año, como ha prometido Trump. Además, la mandataria ha convocado a un cónclave la próxima semana con los gobernadores de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, Estados que colindan con EE UU, para preparar una respuesta conjunta que evite el colapso de la frontera. Sheinbaum ha adelantado que buscará un acuerdo con Trump para que los migrantes de otras nacionalidades sean repatriados directamente a sus países de origen, a fin de que México no tenga que cargar con los efectos de una política estrictamente estadounidense. “Evidentemente, nosotros somos solidarios con todos, pero nuestra principal función será recibir a los mexicanos”, ha afirmado la presidenta.
Sheinbaum no solo se ha comprometido a reforzar la protección consular de los mexicanos en EE UU, sino también a reducir los flujos migratorios. “Es nuestra responsabilidad no solo recibir a quienes regresen, sino trabajar para que migrar no sea una necesidad, sino una opción”, ha indicado. La detención de miles de migrantes latinoamericanos en un solo día, antes de que alcanzaran la frontera con Estados Unidos, es muestra de una vigorizada política de línea dura que busca repercutir positivamente en la relación con Trump. El Gobierno de Sheinbaum ha tomado con mucha seriedad las amenazas del republicano, que podrá hablar de muchos problemas en la agenda bilateral cuando tome su asiento en la Oficina Oval, pero no de una franca inacción de parte de México.